Campos de Soria (fragmento) He vuelto a ver los álamos dorados, álamos del camino en la ribera del Duero, entre San Polo y San Saturio, tras las murallas viejas de Soria (barbacana hacia Aragón, en castellana tierra). Estos chopos del río, que acompañan con el sonido de sus hojas secas el son del agua, cuando el viento sopla, tienen en sus cortezas grabadas iniciales que son nombres de enamorados, cifras que son fechas. ¡Álamos del amor que ayer tuvisteis de ruiseñores vuestras ramas llenas; álamos que seréis mañana liras del viento perfumado en primavera; álamos del amor cerca del agua, que corre y pasa y sueña; álamos de las márgenes del Duero, conmigo vais, mi corazón os lleva! Antonio Machado (Del número 133 de la revista Mundo Hispánico, edición que corresponde al mes de abril de 1959)