«A Isabel la Católica»
A Isabel la Católica
Cuando Dios en su cielo soberano
imaginó la reina más señera,
buscó el molde más fiel y más humano
y decidió crearla en primavera.
En Madrigal halló con qué la hiciera
y, entregado a su oficio de Artesano,
puso el trigo en su noble cabellera
y en sus ojos el cielo castellano.
Y fuiste tú, Isabel. Y en tu persona
Altas Torres trenzaron la corona:
sabia y fuerte, magnánima y sencilla.
Por eso, unida a ti en honor y fama,
Madrigal con orgullo te proclama
Madre de España y Reina de Castilla.
José María Gómez Gómez
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