«A Isabel la Católica»

 A  ISABEL LA CATÓLICA 

de Carolina Coronado


Si alcanzaran los ojos

a descubrir la inmensa pesadumbre

de los luceros rojos,

en la celeste cumbre

te hallaran con la santa muchedumbre.


En resplandor el oro

trocado de la espléndida corola,

que puso espanto al moro,

a los cielos, tú sola

prestas, más luz que el sol, con tu aureola.


¡Oh tierra gobernada

por tu cetro sagrado y victorioso

cual se miró encumbrada!

¡Oh pueblo venturoso,

oh trono de la Iberia glorioso!


Por ti aquel noble empeño

con fama coronó el pueblo cristiano;

por ti de la mar dueño

el genio soberano,

un nuevo mundo hallo en el Océano.


Mas eran a tu alma

dos mundos en la tierra espacio estrecho,

y una tercera palma

a conquistar derecho

tu espíritu se alzaba a mayor trecho.


Reina a la par y santa,

de majestad en majestad te alzaste,

y hasta do se levanta

el mismo sol llegaste,

y sobre los luceros te asentaste.


¡Oh sacra! ¡Oh gran matrona

de la cristiana grey! ¡Oh reina mía!

Sé tú de la corona

que sustentaste un día,

inexpugnable amparo y guarda pía.


Bendice tú, y alienta

la adorada, infantil, cabeza pura

que hoy tu diadema ostenta,

y bajo la ternura

de tu divino amor crezca segura.

 

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