«Camino Infinito»

 


Venía ya de lejos y aún tenía delante

un camino infinito el mudo caminante.

Su origen se perdía en el caos profundo

y su fin ignoraba la conciencia del mundo.

Con las cuatro estaciones marcó su itinerario

y los siglos formaron su eterno calendario.

Su paso por el cosmos iba dejando rastros

imborrables: la tierra se abría en anchas grietas;

cambiaban de lugar, en el cielo, los astros;

en veces era el mar tersura de aguas quietas

y, en otras, temblor loco de las olas inquietas.

En las frentes su mano trazaba hondas señales

cual si dejara impresas sus huellas digitales.

En su marcha no oía la canción de la fuente

ni el rugido del viento;

ni llegaba a su mente

la voz del pensamiento.

Sin atender al grito

del sufrimiento humano,

impasible y callado se hundía en el arcano,

mirando solamente su camino infinito.

Los hombres, en su empeño de eternizar sus vidas

y escapar de la muerte, le gritaban : « ¡ Detente ! ».

Y ante el asombro triste de sus almas sufridas,

el viajero su viaje seguía indiferente.

No podía hacer alto. Como un alucinado

andaba noche y día con gesto ensimismado.

Venía ya de lejos y aún tenía delante

un camino infinito el mudo caminante.

 

Guillermo BUSTAMANTE

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